Nicolás Maduro, 55 años, y natural de Caracas y cristiano, según el mismo se enorgullece, ex militante de la Liga Socialista, demuestra una personalidad imperativa y desafiante.
Estuvo en la sombra de Hugo Chávez todo el tiempo, esperando el reconocimiento de su líder y amigo, o a lo mejor una oportunidad y objetivo para lograr alcanzar un fin.
El compromiso con la causa boliviana, sin duda acercó a Maduro de Chávez, además de la camaradería que demostró en los 90 con este.
Maduro tuvo importantes cargos desde los 70, empezando como dirigente estudiantil en los 70-80, posteriormente fue Delegado sindical y Fundador del nuevo Sindicato del Metro de Caracas, donde trabajó como conductor. Fue también Fundador Nacional de la Fuerza Bolivariana de Trabajadores (FBT), Coordinador Nacional de la Fuerza Bolivariana de Trabajadores, Diputado y no sólo del Congreso de la República de Venezuela, y otros cargos en la Asamblea Nacional y Nacional Constituyente.
Realmente, si miramos al detalle la trayectoria profesional de Maduro, no podemos quedarnos indiferente, a pesar de su escasa formación académica, aunque recibió una incidente instrucción comunista en Cuba.
Desde la muerte de Chávez y la nominación de Maduro por el difunto en 2013, que Venezuela sumergió en una crisis económica y actualmente social, con episodios de conflictos iniciados por los ciudadanos opositores a este régimen y que intentan que finalmente caiga el gobierno de Maduro.
Maduro tenía el listón muy alto y nos parece que el puesto se le quedó demasiado grande, los chavistas no lo quieren en el poder socialista que a día de hoy se caracteriza por índices de inflación surrealistas siendo la más alta del mundo, donde alimentos básicos son un lujo para casi todos y prácticamente inexistentes en los supermercados.
Maduro presenta rasgos característicos de narcisismo, egocentrismo, unidos en paralelo con resultados fracasados, un intento de liderazgo impositor y una copia barata de Hugo Chávez que a pesar de su forma de gobernar soberana y tirana, era un líder nato.
El liderazgo es una característica innata del ser humano, el buen líder lo hace de forma natural, escucha a sus seguidores/súbditos. El líder idóneo impone sus ideales y formas de pensar, y actúa en consecuencia, sabe escuchar a los suyos, demostrando que le importa el bien estar de su grupo/pueblo, respetando antes que nada la lucha e ideales comunes, las necesidades básicas de los ciudadanos, aplicando una conducta proactiva y resolutiva para intentar solucionar los conflictos, aplicando el razonamiento crítico, asertividad y el bien estar general.
By Virgília Pires