ESTADOS UNIDOS , TAILANDA, ESPAÑA. ¿QUÉ TIENEN EN COMÚN LOS ASESINOS EN SERIE CON LOS PARRICIDAS?

Tantos casos a los que se asiste diariamente en la prensa y en cualquier parte del mundo, de homicidios, asesinatos, ejercidos mayoritariamente por adultos o jóvenes adolescentes, donde poco o nada se deja conocer de su vida.

¿Qué les une y que comparten estos asesinos? Los hechos

Esta misma semana un ex policía irrumpió en una guardería en Tailandia y mató a más de 30 personas, donde más de 20 eran niños. Además, a muchas de las víctimas mortales y heridas, las asestó con un arma blanca, a parte de los disparos.

Al parecer al no haber encontrado a su hijo de 3 años en la guardería, el parricida regresó a su casa y lo mató no solo a él, pero también a su mujer, suicidándose a continuación.

En Colombia un padre llama a su ex pareja para decirle que mire un USB que dejó en su lavabo al recoger el hijo de ambos de 6 años; la mujer pudo ver como le reprochaba el fin de su relación y luego le contaba que iba a asesinar al niño, y así fue. Lo terminó asfixiando y, posteriormente, le mandó una foto para que lo viera ya sin vida.

Caso muy similar ocurrió el año pasado en Barcelona, con la diferencia que el asesino no envió fotos o videos a la madre del hijo que tenían en común.

Aquí en España, en abril de este año, un hombre quitó la vida a su hijo de 11 años en Valencia durante un fin de semana que la madre le dejó pasar con su hijo, pues tenía un orden de alejamiento contra este y al parecer por un error de la Administración, se le permitía seguir teniendo contacto con su hijo, pese a la situación de maltrato ejercida sobre su entonces pareja, madre del niño. Asimismo, al parecer también maltrataba a su hijo; el modus operandi utilizado fue acuchillando al menor.

En mayo del año corriente, una vez más, la violencia en Estados Unidos cobra protagonismo. En esta ocasión resultaron muertos 19 niños y 2 profesoras, después de que un joven entrara en el colegio y empezara a disparar; aunque la violencia con armas en este país está demasiado normalizada, sigue chocando que se sigan produciendo tantos ataques en solitario de esta índole y sin ningún avance desde la prevención por parte de las entidades competentes.

En junio se contabilizaba, más de 17000 personas fallecidas por arma de fuego en Estados Unidos.

La conducta anómala y los trastornos de personalidad

La mayoría de los trastornos de conducta infanto-adolescentes suelen erradicarse en la fase adulta, pudiendo constatarse este hecho de forma objetiva cuando se alcanzan los 18 años. No obstante, casos puntuales escalan a un Trastorno Antisocial de la Personalidad.

Desde la Psiquiatría Clínica y la Psicología Criminal, cuando nos referimos a un asesinato múltiple se diagnostica el Psicópata y el Psicótico Paranoide.

El concepto de Psicopatía sufrió una evolución por parte de los entendidos en la materia a lo largo de 200 años. Sin embargo, las perspectivas más modernas dividen a estos individuos en psicópatas, sociópatas, disociales y antisociales.

En la infancia, puede surge el trastorno disocial, presente en los niños y adolescente, donde su comportamiento se ve anómalamente afectado, y se caracteriza por una conducta antisocial que transgrede las normales y reglas sociales y la violación de los derechos de las personas y animales.

Existen estudios neuropsicológicos que demuestran que niños y adolescentes con el trastorno disocial, tendrían afectado el lóbulo frontal del cerebro. Otras investigaciones se inclinan por explicar el origen de estas conductas, provocadas por núcleos desestructurados, entornos de aislamiento social, familiar y en la escuela, situaciones de malos tratos y abusos sexuales, e incluso, se le suele relacionar con el Trastorno de Atención con Hiperactividad.

El trastorno de personalidad se entiende como una evolución deformada de la personalidad; según expertos en la materia, sería innato, estable y de muy difícil variación. Aunque el concepto todavía suscita muchas dudas.

La personalidad sádica y es uno de los peores t.p.[1], y se caracteriza por una conducta cruel hacia los demás, y que se empieza a manifiestar al inicio de la edad adulta.

Violencia y Agresividad

Las conductas socialmente desviadas, o sea, que no cumplen con los estándares aceptados y esperados por la sociedad, se pueden aprender y/o que nazcas con una predisposición biológica para ello.

Si un niño asiste diariamente a violencia física y verbal por parte de sus progenitores, la probabilidad de que reproduzca esa situación aumenta exponencialmente. De este modo, el espejismo se lleva a cabo en sus relaciones íntimas, ya en una fase adulta. Por otro lado, este niño puede ser un agresor de bullying, tanto porque lo vio en casa, llevándole a normalizar la violencia, tanto porque es su forma de echar esa ira y rabia de la situación de impotencia que asiste en casa, buscando el propio de forma inconsciente a otras víctimas.

El hecho de que la educación primaria (familia y escuela), fallen en los mecanismos de enseñanza de la escala de valores y creencias, como el respeto hacia los demás, la empatía o la solidaridad, pueden dinamitar el correcto desarrollo del comportamiento del sujeto.

La reflexión

El hecho de etiquetar a una persona con un trastorno de personalidad o enfermedad psiquiátrica como la psicosis, no nos ayudará a comprender que es lo que está pasando para que cada vez se normalicen más ciertas conductas desviadas como puede ser el maltrato verbal en una relación de pareja, humillaciones, controles en la ropa que el otro lleva o con quien habla, o que a la par, ciertas sociedades permita adquirir armas mortales de fuego, sin que se lleve a cabo una evaluación psico-social previa.

No se trata de decir que un asesino lo es porque tiene psicopatía, trastorno antisocial o esquizofrenia, pero sí de analizar los factores y antecedentes de la biografía del individuo que pueden haberse manifestado como alertas tempranas en la prevención de un potencial delito, y que no se tuvieron en cuenta.

Es algo temerario hablar de un culpable individual, aunque sin duda un asesino siempre lo será y es su responsabilidad[2] haber cometido un acto violento. No obstante, también hay una responsabilidad por parte de la sociedad, de los organismos que se dedican a mitigar los riesgos delictivos y a disminuir la incidencia delictiva, educando y reeducando, que se acaba ignorando. Y lo más grave, es que una vez existe la condena del sujeto físico, en la mayor parte de las veces, no hay un seguimiento real de su evolución o involución.

Virgília Pires

[1] Trastornos de Personalidad.

[2] Puede ser imputable o inimputable, dependiendo de distintos indicadores.