

La democracia tiene su núcleo en la gobernanza de un país, Estado o nación, abarcando diferentes esferas esenciales para el correcto desarrollo de una sociedad como pueden ser los aspectos económicos, sociales, sanitarios y educativos.
Para que podamos considerar un proceso como democrático debe haber libertad de expresión y de sufragio universal, entre otros derechos amparados y protegidos por un gobierno que respeta las diferentes opiniones y necesidades de sus ciudadanos. Además, el gobierno debe garantizar la transparencia, igualdad y no discriminación en las elecciones y políticas públicas del gobierno, logrando así la confianza de su pueblo que es quien debería tener la última palabra en una sociedad democrática.
Las leyes establecidas en un sistema jurídico-penal no solo deben ser cumplidas por el ciudadano común, pero también por el gobierno y los partidos políticos que componen los parlamentos nacionales. Estos deben ser los primeros en cumplir con las promesas hechas al votante y cumplir con sus funciones de forma honesta, buscando siempre la supremacía de los intereses comunes y jamás los suyos propios.
Asistimos a que pocas veces se consulta al pueblo para conocer su opinión sobre determinados temas que afectan a los pilares principales de cualquier sistema político. El derecho al referéndum existe y es importante que los representantes elegidos por los ciudadanos, lo tengan más presente, y que para reivindicar y mostrar su opinión el pueblo no tenga que tomar la iniciativa popular reuniendo determinado número de firmas para que se acepte su propuesta en el parlamento de su país; la centralización y monopolización del Estado en las grandes decisiones que afectan la vida de la sociedad, lleva a un centralismo antagónico a un Estado de derecho.
No existe democracia sin igualdad de derechos y libertades, tanto de las mayorías como de las minorías vulnerables y en riesgo de exclusión social, y eso es algo que a pesar de que muchos países presumen de democracia, sigue siendo un tema bastante debatible cuando asistimos diariamente a delitos camuflados como la discriminación por raza, género, enfermedad o condición sexual, nepotismo, corrupción, entre otros, que se consiente a pesar de va en contra lo establecido por la ley.
Los derechos humanos van directamente de la mano del término de democracia, e instituciones como las Naciones Unidas lo respaldan, mediante el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) o el Fondo de las Naciones Unidas para la Democracia (FNUD), entre otros tantos.
La voluntad y participación del pueblo en la toma de decisiones estratégicas que le afecta, debe medir como se utiliza el poder gubernamental.
En 2002 la anterior Comisión de Derechos Humanos de la ONU, estableció elementos esenciales de la democracia respecto a los derechos humanos y las libertades fundamentales, tales como la libertad de asociación, expresión y opinión, la separación de poderes, la transparencia y la responsabilidad en la administración pública, también la libertad de los medios de comunicación, la independencia del poder judicial, la celebración de elecciones regulares justas y libres, un sistema pluralista de partidos y organizaciones políticas y el acceso al poder y su ejercicio de acuerdo con el imperio de la ley.
Más tarde, le releva el Consejo de Derechos Humanos en 2006 para reforzar el binomio entre democracia y derechos humanos.
Todos los sistemas democráticos deben demostrar que la justicia funciona, aparte de las distintas clases socioeconómicas, diferencias individuales de cualquier índole u otras circunstancias que predispongan el individuo a una situación de desventaja. Además, el gobierno debe ser abierto y participativo; la existencia de un código ético para cargos públicos y funcionarios y una ley de transparencia en el gasto público es fundamental.
También hay que decir que no todos los ciudadanos pueden votar en el mundo, incluyendo ciudadanos europeos como es el caso de los reclusos en varios países.
No todas las democracias son iguales y es importante tener en cuenta el grado de calidad democrática de cada país, Estado o nación; tener una historia y tradición más lejana de democracia, no es sinónimo de tener una democracia mejor consolidada.
EL CASO DE UCRANIA
Este país, según el mapa del Democracy Index del año corriente, se encuentra en un régimen híbrido de democracia, presentando una puntuación de 5.57 en una escala de 1 a 9, donde el estado pleno democrático sería en el número máximo de la escala.
Este tipo de democracias donde se incluye Ucrania, se suelen caracterizar por fraudes electorales u otro tipo de irregularidades constantes, presión política a los partidos de la oposición, altos niveles de corrupción con un Estado de derecho débil, los medios informativos son presionados y acosados y existen deficiencias evidentes en la gobernanza.
Otro indicador utilizado para medir la calidad democrática en los distintos países es el índice de Democracia (ID), llevado a cabo desde hace 16 años por The Economist Intelligence Unit (EIU) y se sostiene en analizar el proceso electoral y pluralismo político, la participación y cultura política, las libertades civiles y derechos humanos básicos y la calidad del funcionamiento del gobierno.
Referente a Ucrania, conforme los últimos datos disponibles de 2017, contaría con una puntuación de 5.69, en una escala de 1 a 10; hay que destacar que estos valores han empeorado desde 2011, siendo su peor resultado en 2014 con 5.42.
Noruega desde hace varios años que encabeza el ranking como el país más democrático, seguido de Nueva Zelanda y Finlandia (datos de 2022). En contrapartida, Afganistán es el país con peor democracia, o mejor diciendo, esta ni existe, ya que es un país gobernado por un autoritarismo incuestionable, empeorado por un liderazgo terrorista.
Ucrania dispone de una constitución bastante reciente, con poco más de un cuarto de siglo, que sufrió una reforma importante a favor de las libertades y derechos en 2004. No obstante, con la toma de poder del presidente Viktor Yanukovich en 2010, la reforma constitucional se quedó sin efecto hasta 4 años después que vuelve a estar vigente por la presión del pueblo en contra la decisión de su entonces aún presidente de anular la firma de Ucrania en el Acuerdo de Asociación con la Unión Europea; por detrás existían intereses estratégicos en el Mar Negro del presidente ucraniano con el presidente ruso, Vladimir Putin; la situación condujo a los primeros conflictos que se han perpetuado hasta hoy en Crimea, y posteriormente en Dombás.
Actualmente con el nuevo presidente, se supone que la ola de corrupción en las políticas del país habrían terminado, imperando la separación de poderes y elecciones justas y transparentes. Sin embargo, no hay que olvidar que Zelenski lleva 3 años en la presidencia, lo que lleva a que los observadores con potestad para corroborar la práctica real de democracia, todavía dispongan de escasos datos fiables para afirmar esta nueva condición del país.
Un dato llamativo es la brecha de género en el Parlamento nacional de Ucrania, donde las mujeres representan 11,6% del total de diputados. Además, desde 2008 que existe el cargo de Comisionado para los Derechos Humanos en el país, pero sólo hubo una única mujer desempeñando estas funciones hasta fecha de hoy.
Hay una desconfianza casi total de los ciudadanos ucranianos en los políticos y gobierno nacional. Esto es un indicador preocupante para el rótulo de un país como democrático.
La ruptura de la antigua Unión Soviética a inicios de los 90, y consecuente declaración de la independencia de Ucrania en 1991, llevó a un pluralismo partidario exagerado y sin liderazgos y programas electorales claros y definidos, conduciendo a una baja adhesión de militantes. Asimismo, los partidos se dispersaban demasiado en todo el mapa del país, sin muchas veces haber una unión ideológica del mismo partido en ciudades diferentes.
Los conflictos en Donetsk y Lugansk resultaron en referendos realizados y cotejados de forma ilícita por parte de Rusia en 2014 para declarar la independencia de estas zonas de Ucrania. Asimismo, estas desavenencias persisten y se han perdido miles de vidas, tanto del bando ucraniano como del ruso.
Antes de que empezara a gobernar Zelenski, obteniendo la mayoría absoluta en las elecciones, estuvo en el puesto Petró Poroshenko, implicado en los Papeles de Panamá y otras tramas de corrupción.
Zelenski es un presidente sin experiencia previa en la política, presentándose a las elecciones con un lenguaje sencillo popularizado por su participación en una serie del país, donde irónicamente su rol era el de presidente de Ucrania; el presidente no tiene un posicionamiento obvio de derechas o de izquierdas, pero más bien un discurso proeuropeo, a favor de hacer parte de la OTAN y de la separación total de Rusia.
La economía de Ucrania ya se ubicaba bastante por debajo de la renta per capital media europea, antes de la guerra con Rusia; las previsiones del Banco Mundial para el país este año es de una caída del 45%, aunque no es un dato inamovible, pues no se sabe cuánto durará la guerra.
Los efectos colaterales en el mundo ya se están notando, donde la inflación no tiene freno y la subida de los sueldos no acompaña por ser la misma inexistente.
La sociedad ucraniana presenta graves problemas sociales, donde las mujeres son las más perjudicadas, habiendo una discriminación evidente en la contratación. Y a pesar de que la ley existe en contra este delito, en la práctica se ignora su cumplimiento; la pobreza es una realidad prominente en el país, lo que lleva a otros problemas como adicciones de alcohol, prostitución o tráfico de menores.
Un pueblo desesperado, cansado de guerras, de reivindicar sus derechos en gobernanzas dominadas por delitos económicos, ¿habrá votado en Zeleneski por la falta de opciones?
Un país con tanta inestabilidad política desde hace más de 30 años cuando se supone que logró su autonomía como Estado soberano y de derecho, que está en una guerra continua con un país vecino que rompió sus acuerdos bilaterales, sin duda que merece recibir el apoyo del mundo, y concretamente de la Unión Europea. Pero, ¿es Ucrania una democracia como tal? ¿cumple los requisitos de adhesión a la Unión Europea establecido en el Tratado de Funcionamiento de la Unión Europea?
Estamos ante un tema de extrema complejidad y confiemos en que nuestros diputados europeos y líderes de las varias instituciones europeas, valorarán adecuadamente la candidatura de Ucrania a la Unión Europea.
Virgília Pires