El pasado domingo 11 de julio, por la tarde noche (hora española), empezaban a llegar noticias de manifestaciones y marchas en la capital cubana y otras ciudades de ciudadanos de toda clase, edad y condición, que no se recordaba desde el año 1994 con la crisis de los balseros.
Los manifestantes pedían libertad y mejora de las condiciones de vida en medio de la difícil situación actual de pandemia que se vive a nivel mundial y que en la isla se acrecientan por el complicado momento del régimen comunista.
A lo largo de la semana, ha ido en aumento la tensión con detenciones masivas por las fuerzas del orden y grupos paramilitares adictos al régimen; algunos youtubers han sido detenidos en pleno directo y corresponsales de medios periodísticos, como la corresponsal de ABC, han sido puestos bajo arresto.[i]
Con las debidas cautelas por lo delicado de la situación, con cortes de internet y escasez de noticias podemos hacernos algunas preguntas:
– ¿Por qué ahora?
Debido a las limitaciones de viajes, principalmente de índole turística, y de la entrada de divisas, se produce un empeoramiento general de la balanza económica del país, y por tanto de la población, a lo que hay que añadir la situación pandémica por el Covid-19.
– ¿Quién dirige?
De momento parece que no hay una persona concreta al mando de las protestas, aunque parece que la juventud predomina en ellas y lleva la voz cantante.
– ¿Qué reclaman?
Mejores generales en el pueblo y sobre todo Libertad, ya que las últimas reformas no parecen haber colmado las expectativas de las nuevas generaciones, alejadas ya en el tiempo de la revolución castrista del siglo pasado.
– ¿Cuál es la posición del Gobierno?
Tacha de mercenarios y lacayos al servicio de EEUU a los participantes en las protestas.
El presidente Diaz-Canel, llamó a sus partidarios a salir a la calle, con el peligro que puede suponer los enfrentamientos entre facciones.
– ¿Que dice el exilio cubano?
Están pidiendo tanto al gobierno de EEUU como a las cancillerías Occidentales que presionen al gobierno cubano para que suspenda las detenciones masivas y no dejen desamparado al pueblo cubano, como pasó en el desastre de la Bahía de Cochinos.
–¿Y el Ejército?
Sin duda tiene la última palabra y la llave de la situación. Puede dar lugar a un derramamiento masivo de sangre y llegar a una guerra civil o por lo contrario, como pasó en Portugal en la denominada Revolución de los Claveles en 1974, favorecer una transición pacífica y la llegada de la democracia plena a la isla cubana.
Es pronto todavía para discernir hacia donde caerá la balanza y como terminará la actual situación, pero tanto por el bien del pueblo cubano, como por la situación geopolítica de la zona, ojalá se solucione de la mejor manera posible.
Carmelo Aguilera
[i] La corresponsal de ABC en Cuba, Camila Acosta, será procesada por «delitos contra la seguridad del Estado»