
En la noche del pasado 2 de mayo se han cumplido 10 años de la operación “Tridente de Neptuno” en la que fuerzas especiales de EEUU, concretamente los SEAL´s de la marina del equipo 6, acabaron con la vida del líder de Al Qaeda en aquel momento y figura principal del movimiento yihadista global Osama Bin Laden.[i]
Muchos se las prometían felices, pensando que el problema yihadista se acabaría o desaparecería en un corto periodo de tiempo. Grave error.
Ya en aquella noche y en la posterior conferencia de prensa del presidente Obama indico “que no se trataba de venganza, se trataba de justicia” como resultado a los ataques del 11-S de 2001.
En palabras del Almirante McRaven, que lideró el diseño y el liderazgo de la operación, en una reciente entrevista en el CTC de West Point “Todos sabíamos que esto no iba a cambiar fundamentalmente la lucha contra al-Qaida, pero en realidad se trataba de llevar algún sentido de cierre a esas personas que fueron asesinadas el 11-S y llevar a Bin Laden ante la justicia. Espero que la señal que envió a otros por ahí es que, si actúas contra Estados Unidos, no nos importa cuánto tiempo tarde, te encontraremos y te llevaremos ante la justicia. Ese fue un mensaje increíblemente importante para enviar al mundo”.
Pasado el tiempo, observamos como el movimiento yihadista global no ha disminuido su presencia, al revés, fruto de la escisión, egos personales y diferentes formas de entender cómo hacer la Yihad, en junio de 2014 aparece en escena DAESH o estado Islámico, el cual declara el Califato, disputándole la primacía y el liderazgo del yihadismo global a Al Qaeda y a su líder Al Zawahiri.
A día de hoy con el líder de DAESH, Al-Baghdadi, eliminado en octubre de 2019 (siendo confirmada por la propia organización el 31 de octubre de 2019 a la vez que se nombraba nuevo “Califa” en la figura de Abu Ibrahim al-Hashemi al-Qurayshi.) y con noticias difusas sobre la también muerte del líder de Al Qaeda el fenómeno no esta ni vencido ni mucho menos controlado.
En 2020 a pesar de ser el año de la pandemia del Covid-19 con un mundo prácticamente paralizado en casi todas sus actividades, se ha producido un aumento de la actividad yihadista. A grandes rasgos podemos afirmar que tras varios años en retroceso se ha producido un aumento de victimas en un 5%; Afganistán sigue siendo el país más golpeado y el Sahel el epicentro de la actividad yihadista global.[ii]
La nueva administración de EEUU ha anunciado su salida definitiva de Afganistán antes del 11-S, coincidiendo con los 20 años de los atentados en aquel país lo cual puede crear un nuevo santuario tanto para AQ como para DAESH desde el que planear y planificar sus operaciones en un entorno seguro.

¿Hacia dónde nos dirigimos?
¿Se podrá realizar la unificación del Movimiento Yihadista Global en un solo grupo, como hizo Bin Laden el los años 80 del siglo pasado? ¿seguirán caminos paralelos las 2 grandes “multinacionales” del terror yihadista?
¿Puede dar lugar el yihadismo a un aumento del terrorismo de extrema derecha cuyos objetivos sean la comunidad musulmana y sus intereses en Europa?
¿Puede dar este aumento del terrorismo de extrema derecha a una “unión temporal” del yihadismo y grupos de extrema izquierda?
Las estrategias de Occidente deben ser estables y duraderas en el tiempo; deben ser multidisciplinares y multinacionales. En este caso la unión si hace la fuerza, entendiendo las particularidades de cada zona donde haya que implementar dichas estrategias.
Sin duda nos quedarán momentos difíciles ante nuevos atentados, pero ello no nos debe hacer desfallecer ni a los ciudadanos ni a los gobiernos occidentales pues la batalla será dura y larga en el tiempo.
Carmelo Aguilera
[i] https://obamawhitehouse.archives.gov/blog/2011/05/02/osama-bin-laden-dead
[ii] https://observatorioterrorismo.com/eedyckaz/2021/03/Anuario-del-Terrorismo-Yihadista-2020.pdf