TOMA DE DECISIONES EN INTELIGENCIA ESTRATÉGICA
Tras el asesinato de Julio César en marzo del año 44 A.C, se consagró la idea de “guardarse de los idus de marzo”.[i]Actualmente, recordaremos el mes de marzo en los años venideros como aquel mes en que se decretó el Estado de Alarma en todo el territorio nacional con motivo de la pandemia mundial a causa del covid-19 [ii] y que seguimos viviendo en el momento actual.
A pesar de ello y de la gravedad sanitaria, económica y social que estamos viviendo, no nos debe hacer olvidar que estamos cerca de celebrar el decimoséptimo aniversario de los tristes atentados que ocurrieron en la red de cercanías de Madrid, aquella mañana del 11-M de 2004.Y en unos meses, concretamente en septiembre se celebrará el vigésimo aniversario del 11 de septiembre y los atentados contra el símbolo económico, militar y político de EEUU.
Tomaba cuerpo un fenómeno nuevo como fue el Terrorismo Global, dando lugar a la Guerra contra el Terrorismo, comenzada con la invasión de Afganistán ordenada por el presidente George W. Bush, y que sus consecuencias seguimos viviendo en nuestros días y en donde se han gastado miles de millones de euros y perdido miles de vidas en unas estrategias equivocadas.
Pero el fenómeno yihadista global, al igual que el virus que estamos viviendo, muta y se adapta al terreno, a los países y a las sociedades donde se inocula para que su expansión y virulencia sea mayor. Pero ni es un elemento que nació en 2001 ni en 2004(recordemos los ataques en 1993 contra el World Trade Center o Madrid y el Bar el Descanso en 1985). Por tanto, ya anteriormente se utilizaron estrategias equivocadas en su lucha.
¿Cuáles son esos errores?
Habría tantas clasificaciones como autores, estudiosos u observadores de dicho fenómeno.
A mi humilde entender serian 3 grandes errores de los cuales podrían descolgarse otros elementos:
1º: No valorar la gravedad del fenómeno en sus primeros pasos. Pensar que era un problema lejano y que nunca llegaría a occidente. En sus primeros momentos, el yihadismo tenía una agenda nacional, con Egipto como su campo de acción en los 70-80, llegando a su culmen con el asesinato del presidente egipcio Sadat.
2º: Tomar la máxima de “el enemigo de mi enemigo, es mi amigo” al pie de la letra.
En el Afganistán de la invasión soviética, se fomentó, se ayudó y se financió el “monstruo “con tal de perjudicar al enemigo soviético [iii]Operación Ciclón, por parte de la CIA.
Y el “monstruo” tomó vida propia y empezó a actuar por su cuenta y aplicar el plan que tenían en su origen y que no finalizaba con la derrota del invasor soviético en Afganistán: implantar la visión del islam más rigorista en todo el mundo.
3º: Creer solo en la vertiente militar para derrotar al fenómeno yihadista.
Tras los ataques de 2001 a EE. UU., se empezó la batalla contra los Talibanes en Afganistán, con los que parece que se ha llegado a un acuerdo este 2020.
En 2003, se invadió Irak, desmantelando totalmente el estado iraquí de Sadam, sobre todo el ejército, donde sus cuadros de mando y soldados pasaron a formar parte de la insurgencia contra EE. UU. y Occidente. En los lugares en los que es derrotado militarmente, se convierte en insurgencia más o menos organizada y se desplaza a otros países donde sus distintas filiales, tanto de Al Qaeda como de Dáesh, pueden aprovechar el momento social económico y político para extender sus tentáculos.
Se empezaban conflictos desconociendo la estructura social e histórica de los países, desconociendo sus lenguas y dialectos. Con falta de personal experimentado sobre el terreno.
En definitiva, sin un plan B para el día después de la victoria. Y no hay duda de que la estrategia han de ser: INTELIGENCIA, pero en el sentido amplio del término: multidisciplinares (militares, policiales, políticas, educativas, sociales) multinacionales sabiendo las características de cada país y de cada sociedad ya que no pueden ser las mismas para evitar la radicalización en un barrio de cualquier ciudad de España que en una aldea de Nigeria, Senegal o Túnez. Y planificarlas a largo plazo, más allá de 4 años. Estos grupos saben que Occidente piensa en las próximas elecciones y que la lucha no sea utilizada como objetivo político. Todos los grupos, las tendencias políticas deben remar en la misma dirección.
Sin duda nos queda un largo recorrido con momentos duros y tristes, pero no nos deben hacer desfallecer en esta autentica carrera de fondo como es la batalla contra el fenómeno yihadista global.
Carmelo Aguilera
[i] https://canalhistoria.es/blog/que-son-los-idus-de-marzo/
[ii] https://www.lamoncloa.gob.es/consejodeministros/resumenes/Paginas/2020/14032020_alarma.aspx
[iii] https://elpais.com/diario/2001/11/04/domingo/1004849559_850215.html