Finalmente, Medina es puesto en libertad, por la inexistencia de pruebas sólidas que lo implican en un duplo asesinato en 2013 en casa de las víctimas.
Los hechos probatorios encontrados fueron varios, el ADN del acusado en tres de las toallas de la vivienda de las víctimas, la falta de cortada durante un rango de tiempo en el cual el acusado no se localiza en su local de trabajo, discrepancias de testimonios de compañeros de trabajo que unos lo ven otros no lo ven en ese espacio de tiempo, incluso la declaración de una compañera suya que dice haberlo visto de espaldas, los celos que la propia amante del acusado, ex mujer y madre de las víctimas, insiste que este tiene hacia ella, etc.
El enseñamiento con que el asesino asestó más de 100 puñaladas en cada una de las víctimas, una de ellas con solo 8 años, demuestra que el asesino conocía a sus víctimas o al menos su víctima diana, la niña probablemente la tuvo que asesinar de forma improvisada, pues probablemente no esperaba a que esta estuviera allí en ese momento, prueba de ello es que después del brutal crimen la tapó con una manta como si fuera una forma de no ver lo que hizo por saber que eso no tenía que pasar, demostrando un respeto “camuflado” hacia la niña.
También hay testimonios de vecinos del lugar de los hechos que en ese día cuando todo ocurrió, escucharon frases indiciadoras de que podía ser el acusado el asesino.
Por otro lado, no se considera que ese ADN sea determinante, ya que el acusado antes de ir a vivir con la ex mujer de la víctima tenía encuentros esporádicos en la casa familiar de esta. No queda claro si la investigación forense determina el origen del ADN directo o indirecto.
Curioso también los pareceres de los peritos, en este caso los psicólogos, que no constatan ningún trastorno de personalidad en el individuo. Conducta violenta, rasgos psicóticos o de ira. Tampoco hay alusión a ningún tipo de maltrato de violencia de género.
Estoy de acuerdo que cualquiera es inocente hasta que se pruebe lo contrario. No obstante, los factores sociobiológicos, conducta indicadora de maltrato psicológico por su comportamiento controlador y celoso hacia su pareja, relaciones con su grupo de amigos, ex parejas, compañeros de trabajo (principalmente) y otras tendencias “ocultas” o no diagnosticadas desde su infancia parece que una vez más se quedan en el olvido.
La pericia forense puede ir mucho más allá, si sospechan que los guantes ensangrentados encontrados son los mismos que usaba el acusado en su trabajo, ¿por qué no se contrasta la veracidad de los indicios? ¿Por qué no se indaga sobre el lote de los guantes, su origen, stock de inventarios de su lugar de trabajo, etc.?
¿Tanto tiempo que estuvo el individuo como preventivo, no fue tiempo suficiente para investigar más a fondo este caso para que no hubiera dudas en la inocencia o no inocencia del acusado?
La violencia de género es el delito más descontrolado hoy en día en nuestra sociedad, por su dificultad de perfilación criminal ya que el maltratador puede provenir de cualquier clase social, tener o no una vida familiar, social y profesional estable, ser de cualquier edad, sin antecedentes criminales. Sin embargo, sigue siendo una sorpresa en muchas de las veces cuando estos deciden matar a su pareja, su ex pareja, o a cualquiera que se interponga en su camino justamente porque era una persona “normal”.
¿Y si realmente Medina es inocente? ¿Quién se responsabiliza por esos tres años y tres meses que estuvo en la cárcel?
Mi duda es,
¿tenemos profesionales muy preparados correcto? ¿Por qué seguimos sin dar un rol importante a todos los profesionales que pueden combatir la delincuencia y prevenir que se lamenten tantas muertes?
¿Y las víctimas secundarias? ¿Se encontrará el verdadero asesino?
Me parece que aún nos queda largo camino por recorrer en la investigación delictiva.
By Virgília Pires