La delincuencia de cuello blanco / White collar crime, Caso Mario Conde

La delincuencia de cuello blanco o de guante blanco, se caracteriza por un perfil de delincuente de status socio-económico alto y muy alto.

El modus operandi, consiste en el desvío de dinero al que tiene acceso determinado sujeto en el desempeño de las funciones que le incube su puesto, para su propio uso personal, como son todo el tipo de fraudes financieras, fiscales, defraudaciones aduaneras y evasiones tributarias.

Para los que a veces me perguntan, «¿porqué se llama de cuello blanco?» o «de guante blanco», pues se refiere a la camisa del empresario que siempre va acompañada por una corbata, formando ese cuello que se erróneamente se asocia a conceptos de profesionalidad y seriedad. A su vez se le llama de la otra forma, teniendo en cuenta que es un tipo de delito que no deja pruebas identificables como las huellas, y se lleva a cabo de forma discreta y sin rastro.

Ocurre principalmente en el sector empresarial, político, bancario, e incluso en altos cargos del gobierno, estos últimos de más difícil detección, ya que gozan de cierta protección de la Institución en caso de que sean identificados, e intentan camuflarlo o deshacerse laboralmente del individuo antes que salga a la luz y perjudique la imagen del Estado con acuerdos favorables para ambas partes, siempre que posible.

Esta delictología económica, ocurre en el silencio, es fácil de esconder y pasa desapercibida, pues normalmente es cometida por alguien que está en una situación privilegiada de poder jerárquico a nivel laboral.

Los que se encuentran en cargos inferiores, aunque lo detecten por temor a su puesto, no denunciarán esta situación, y a veces se ven arrastrados en esta trama corrupta y acaban por cometer fallos que conducen las fuerzas policiales y unidades de investigación a estos delincuentes.

Los delincuentes de cuello blanco, suelen tener un coeficiente de inteligencia superior a la media, por eso los delitos económicos hasta que sean enjuiciados pueden tardar años.

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Un ejemplo en España de un delincuente de estas características es Mario Conde, natural de Galicia, actualmente tiene 69 años y goza de libertad condicional después de 300000 euros de fianza, concedida por la Audiencia Nacional en junio de 2016.

Es un claro ejemplo, de un sujeto intelectualmente dotado, formado en Derecho por la Universidad de Bilbao, decisión de su padre que tenía bastante influencia en su futuro.

Mario Conde siempre ha sido ambicioso y quería ampliar el patrimonio familiar desde muy joven y se empeñó totalmente en su formación académica para ser un alumno excepcional, y lo logró, sólo sacó un sobresaliente en todo el resto de sus notas que fueron Matrícula de Honor.

Ejerció como Abogado del Estado, y más tarde después de otras actividades empresariales, conjuntamente con su amigo Juan Abelló compra parte del capital de Banesto, y ejerce el cargo de vicepresidente que compartía con su amigo.

Durante dos décadas, 80 y 90, Mario Conde fue una referencia en los negocios, con un nombramiento de la Universidad Complutense, de doctor honoris causa.

Se le inculpa de un delito de apropiación indebida de más de 3,6 millones de euros y por falsedad documental, envolviendo la empresa suiza Argentia-Trust, y más tarde Banesto obligándosele a devolver más de 43,3 millones de euros a este. A pesar de que con una fianza de 3 millones de euros «evita» la cárcel.

Finalmente es condenado por el Tribunal Supremo a 20 años de prisión, consiguiendo a posteriori un tercer grado.

Actualmente, este tipo de delitos no dispone de medidas de prevención, pues aún vivimos en una sociedad en que los prejuicios prevalecen, y la apariencia muchas veces es decisiva para confiar o no en alguien. Por eso, un hombre que lleva una camisa y corbata siempre será más «de fiar» que uno que va en camiseta.

De ahí que no sea fácil alertar sospechas de un potencial delincuente, pues en este caso la imagen física no va asociada a que sea o no criminal, ya que su vestimenta no nos indica que puede estar asociado con alguna actividad criminal, como por ejemplo un ladrón que roba con fuerza y lo cogemos en pleno delito, probablemente llevará un arma blanca o de fuego, sea para forzar una entrada o para herir a alguien, o también un pasamontañas.

Hay rasgos predominantes en los individuos que realizan estos delitos como son la astucia, perspicacia, inteligencia, manipulación, y habilidades sociales de persuasión, dominio situacional y liderazgo sobre los demás.

En el mundo de los negocios asistimos a una «desorganización social», pues la sociedad debido a varios factores que implica esta delictología, como son la invisibilidad de todas los actos relacionados con la actividad económica que se practica y/o la dificultad de que se establezcan normas que impongan límites en las conductas de estos hombres de negocios, anomia.

Muchos hechos delictivos de índole económico acaban por ser sancionados del punto de vista del ilícito administrativo y no del derecho penal, con muchas penas suspensas, sustituidas por indemnizaciones absurdas que sólo alguien con gran poder acquisito puede pagar. Esto lo sostiene y lo admite el gobierno y las medidas político criminales hoy día vigentes.

La teoría de las actividades rutinarias, de Cohen y Felson, priorizan el factor oportunidad, dentro de la Criminología clásica, y evalúan los costes vs beneficios de determinada conducta delictiva. Siempre en analogía con una visión racional.

Se considera que para que un hecho delictivo se cometa, se deben dar tres situaciones: «un delincuente motivado»/motivated offender», la ausencia de vigilancia/»absence of capable guardians against a violation» y un objetivo apropiado/»suitable target», refiriéndonos a una víctima humana o material.

Es decir, si podemos frenar uno de estos tres activadores delictivos, podemos evitar el delito.

Mario Conde ya tenía una ambición y se sentía motivado a alcanzar sus propósitos, se encontraba en una posición de superioridad en relación a sus compañeros, o sea, nadie controlaba sus acciones o toma de decisiones, disponiendo de unas condiciones favorables que permitían llegar fácilmente a su objetivo, en este caso, accedía a todo el capital de un banco.

Este individuo reunió tres factores esenciales, analizando la viabilidad de costes vs beneficios que podría obtener, teniendo en cuenta también el medio físico de actuación del hecho delictivo para valorar si le compensaría o no delinquir.

Un caso actualmente mediático en España es el de Luis Bárcenas, imputado por delitos de blanqueo de capitales, estafa procesal en grado de tentativa, falsedad documental y cohecho.

 

By Virgília Pires

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